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6 de noviembre de 2011

La vié in Sepia posted at 5:59 p.m.

Caminando entre los árboles de la plaza la vida se veía de una manera distinta. León creía verla en sepia: en tonalidades cafés; en donde todo parece antiguo y el olor a polvo y a húmedo, en tiempos mejores; pero nunca se dio cuenta que era porque llevaba los lentes de sol puestos. Entonces; en su mundo sepia, café, las damas llevaban vestidos vaporosos y grandes sombrillas; las manos envueltas en guantes de blancos encajes. Los hombres vestían caros trajes de etiquetas y el sombrero de copa; protegiendo del frío sus pensamientos. Las parejas daban largos paseos por las plazas, mientras delicadamente se cortejaban y se sonreían con ternura. Las carrosas de madera, tiradas por vigorosos caballos y la ciudad iluminada por faroles en cada esquina. La muchacha sentada en la banca le sonríe con gracia, dejando caer el pañuelo que yace entre sus manos con guantes de blancos encajes. León lo se apresura y alcanza a tomarlo antes de que caiga al suelo. Se lo entrega y retiene su mano entre las suyas. Arrodillado ante ella mira su rostro de facciones finas y besa su guante. La chica vuelve a sonreír y le pide que se siente junto a ella. Y le habla. Que se siente sola, que nadie la entiende; que aun no ha llegado el hombre ideal; el que ella tanto espera. Y León quiere ayudarla, quiere entenderla, quiere ser su hombre. Mira sus ojos de almendra, grandes y brillantes, que miran inquietos y compasivos; acaricia su mejilla derecha con la yema de sus dedos -sin guantes- y desciende por su cuello, presionando un poco. La chica lo toma por la nuca y lo besa; apena rosa sus labios y lo besa. León quiere besarla de nuevo; besarla bien, pero la chica quiere ver sus ojos, le quita los lentes oscuros.
León está solo, sentado en una banca de la plaza. Sus lentes están colgando del cuello de su polera; el sol le llega de lleno en sus ojos color miel, el pelo le cae en la cara. Y está solo; con el sol en lo alto y mundo de colores.Solo.

Etiquetas: Basura Literaria