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Nunca he tenido el pelo muy largo, pero la vez que lo tuve más largo de mi estándar duró muy poco, pues me lo corté hasta la nuca -no sé en qué estaba pensando-. Eso fue cuando tenía 15 años y desde ahí el pelo nunca, nunca me creció.

Cayó en mi la mala suerte, mal de ojos o no sé, pero aunque me "cuidaba el pelo" y no me lo cortaba regularmente, no crecía mucho más abajo de mis hombros. Aunque los rizos se me formaron super bonitos yo quería tener el pelo larguísimo y nada, nada funcionaba.

Hasta que caí en las tinturas de pelo. Y en la alisadora. Hubo una época de mi vida en que me teñía el pelo mes por medio (y me lo alisaba mucho). Eso fue por alrededor de un año, o más. Cuando decidí dejar de tinturarme, ya tenía el pelo opaco, feo y quebradizo. Si a eso le sumamos que siempre ando con el pelo suelto, el resultado es mucho peor pues (sino saben) el pelo se desgasta mucho mucho mucho con el roce de la ropa. Nunca le tomé el peso al uso de la alisadora o secadores de pelo porque no creí que fueran los causantes de mi mal (que tonta).

Hasta que me lo corté mucho de nuevo y lo dejé crecer a su merced. Y dejé de alisarmelo tanto. Creció...hacia los lados. Los rizos los tenía preciosos, pero se me pusieron las puntas opacas y ya me daba mucho, mucho calor, así que en febrero de este año me lo volví a cortar. Y aunque odié a la peluquera porque me lo dejó horrible, mi pelo cambió para bien: me ha crecido, lo tengo brillante, muy suave y con los rizos más lindos que nunca. Además no tengo ninguna punta partida.  Así que ahora que encontré la paz espiritual, les comparto mis tips:

1.-Lo más evidente es no abusar del calor en el pelo. Ni secadores, ni alisadores. Los uso solo cuando son estrictamente necesarios, o cuando voy a salir y tengo el pelo estilando.

2.-Dejé de teñirmelo y corté todo rastro de cabello rojo que pudiese quedar.

3.-Desenredar el pelo al menos una vez al día. Ahora que lo tengo suave, se me llena de nudos y me duelen caleta, así que trato de desenredármelo todas las mañanas.

4.-Apropósito del peinado, uso un cepillo con cerdas flexibles. De esos redonditos con las cerdas de metal. Las cerdas flexibles hacen que no se corte o atasque el pelo en la peineta.

5.-Uso el shampoo que necesita mi pelo. Antes usaba cualquier hueá que hubiese en la casa (aunque mi mamá usa un shaampoo bacán) pero que no era necesariamente lo que mi pelo necesitaba: usen el shampoo que cumpla las necesidades nutritivas de su pelo. Yo uso el Alborótalos Herbal Essences (su línea shampoo+bálsamo+mouse de peinar).

6.-A este shampoo le eché media cebolla picada y la dejé reposar por dos semanas. Luego la colé y saqué todos los pedacitos que quedaban en la botella. Ustedes pensarán que ando hedionda a cebolla todos los días pero no. La cebolla contiene altos niveles de azufre, que hidrata , revitaliza y regenera el crecimiento de los folículos pilosos. Es lejos, el mejor favor que le pueden hacer a su pelito. 

Un detalle de esto, es que hay gente que solo lo aplica en el casco, pues la cebolla hizo que se les resecara el pelo, a mi me pasó todo lo contrario, así que lo uso de raíz a punta. (este es el gran secreto de mi éxito).

7.-Querer a su pelo: es estúpido pero quieran a su pelo, peinenlo, cuídenlo y acéptenlo como es.

Y eso es. De vez en cuando me peino o tomo el pelo. Ahora entiendo que la clave no es querer un pelo larguísimo, sino un pelo sano. Un pelo fuerte hará que su pelo crezca bonito e hidratado.